viernes, 21 de diciembre de 2012

Sobre la aparición del Iman Mahdi

Bismi-l-Lâhi-r-Rahmâni-r-Rahîm


Allâhumma sallî ‘alâ sayyidinâ Muhammadin ‘abdika wa rasulika nabiyyi-l-‘umiyyi wa ‘alâ ‘alihi wa sahbihi wa sallimu taslima.



La aparición del Iman Mahdi al-Muntadar (el esperado) ha hecho correr ríos de tinta durante siglos. Algunos, no solamente han escrito sobre él, sino que haciéndolo, se han dejado llevar por la pasión, excitando su imaginación hasta un punto tal, que nos resulta difícil, aun conociendo el hadiz, saber desgranar aquello dicho por nuestro Profeta – sobre él la plegaria y la paz – de su imaginación desbordante.

Y es que de hecho muchos de los análisis escritos que se han hecho a través de los siglos, se encuentran cargados de una buena dosis de intereses políticos y regionales.

Rasûlu-l-Lâh – sobre él la plegaria y la paz – nos ha descrito la venida del Mahdi en detalle. Sus detalles sobre el Iman Mahdi dadas en los hadices nos describen su persona, su ascendencia, las circunstancias que preceden su venida, el trabajo que realizará, el tiempo durante estará en la tierra, los signos del inicio de su misión y el lugar donde aparecerá.

En nuestro análisis no vamos a entrar en las viejas polémicas entre la versiones sunnita y chi’a, ni tampoco en el discurso de aquellos quienes desearían ver al Mahdi aparecer en su región o país. Todo esto se encuentra adscrito a los intereses políticos y partidistas; sí debemos hacer notar que cuando dichos intereses se mezclan con una visión realista de este asunto, las conclusiones se vuelven turbias, ayudando más a la extensión de la confusión que a la de la verdad.

Tampoco es nuestro fin el dar una descripción más o menos amplia del Iman Mahdi y su venida. Ni tan siquiera el analizar con mayor o menor detalle los hadices pertenecientes a todo cuanto rodea esta llegada tan esperada como necesaria.

No, en absoluto: Hoy vamos a introducir un elemento, el cual hasta ahora nadie ha tenido en cuenta, cuando de una manera u otra, con mayor o menor acierto, se ha tratado de este bello y apasionante tema.

Aunque, ya que estamos en materia y algunos de vosotros conocen poco o nada sobre el tema, vamos a pasar a hacer un escueto resumen de lo expresado por el Profeta – sobre él la plegaria y la paz – sobre el Iman Mahdi:

El Mahdi será descendiente sanguíneo del Profeta – sobre él la plegaria y la paz -, concretamente de su nieto Hassan Ibn Ali. Su nombre será como el del Profeta – sobre él la plegaria y la paz –, es decir (Muhammad o Ahmad) hijo de Abu-l-Lâh.

Sus características físicas son parecidas a las de Rasûlu-l-Lâh – sobre él la plegaria y la paz –: su frente será ancha, y su nariz, la mayoría la traducen por aquilina y otros como prominente.

El Iman Mahdi no conocerá su identidad hasta que Allâh se lo revele en una sola noche y al mismo tiempo, en esa misma noche, le prepare para su misión.

Según un hadiz transmitido por Abdu-l-Lâh Ibn Mas’ud y recogido por al-Qurtubi, el Mahdi, antes de su misión, se encontrará en el Magreb extremo, en la zona del litoral, pero cuando Allâh le revele su misión irá a un monte llamado Masna, el cual se encuentra a las afueras de Fez, y allí comenzará su misión. Luego irá a Makka donde recibirá juramento de alianza junto a la piedra negra situada en la Ka’aba.

En cuanto a su procedencia geográfica es donde más disensiones han existido dependiendo de los analistas. Algunos pretenden que los hadices indican su procedencia de Jorasán. Los chi’as que vendrá de Irán, los wahabís (liderados en esto por al Arifi) que vendrá de Madina.

A nosotros nos parece más verosímil la opción del Magreb extremo, pues ya en su época, el historiador Ibn Jaldún, se rendía cada poco tiempo al monte de al Masna para ver si el Mahdi había aparecido o no. Además Ibn Mas’ud formaba parte, junto con Abu Hurayra, Salman al Farisi y otros de “Las Gentes del Banco” (Ahlu-s-sufa), ese grupo de personas quienes, sentados en “al Rawda Šarifa”, recibían una enseñanza especial del profeta – sobre él la plegaria y la paz – en la mezquita de Madina. Es además Ibn Mas’ud uno de los Compañeros del profeta – sobre él la plegaria y la paz – que más hadices transmitió y uno de los más fiables en cuanto a la autenticidad de su transmisión se refiere.

El signo el cual Allâh dará a las gentes de que tal persona es verdaderamente el Iman Mahdi, es precisamente que durante su estancia en Makka un ejército saldrá para combatirle y todo ese ejército será tragado por la tierra.

El Mahdi restablecerá el Islam tal y como debe ser seguido y extenderá la justicia por la tierra. Repartirá el dinero entre las gentes, de tal manera, que a todos dejará saciados. Gobernará durante 7,8 o 9 años y después fallecerá y harán la plegaria funeraria por él.

Combatirá contra los ejércitos del Daŷŷal y se encontrará presente en el momento del descenso de sayyidina Isa – sobre él la paz – en la mezquita de los Omeya de Damasco. Dirigirá la plegaria ese día, y sayydina Isa rezará detrás suyo.

Esta visión resumida, la cual acabamos de dar, puede introducir a que algunos os informéis sobre la materia.

En cuanto a los signos de su venida se refiere, algunos se están dando y otros ya se han dado. Entre aquellos los cuales se han dado se encuentra la confluencia de dos eclipses (solar y lunar) durante el mes del Ramadan; Ello ocurrió en dos años consecutivos (1980-1981). El paso del cometa Halley, el cual pasó asimismo cuando el diluvio y la derrota de Fir’awn con sus ejércitos ahogados en el mar Rojo. La parada del Eufrates y la aparición de la montaña de oro ocurrió en 1979. El fuego el cual se quedó una semana crepitando ruidosamente y haciendo que la noche pareciera día, fue producto del ataque de Irak sobre los pozos de Kwait en la primera guerra del golfo. Os dejo para ello estos vídeos, en los cuales hemos encontrado un excelente análisis de los signos precursores, aunque como buen turco, Harun Yahya, derrapa al final de ellos tratando de convencernos que el Iman Mahdi aparecerá en su querida Turquía, concretamente en Anatolia. Por desdicha se encuentra en francés: espero que alguno de vosotros sepa comprenderlos.

http://www.youtube.com/watch?v=dWPduK93zm0


A pesar de todo lo enunciado, aquello lo cual vamos a hacerr de ahora en adelante, como lo hemos dicho precedentemente, es el tratar este asunto desde otro ángulo. Con ello, sin pasión ni interés partidista alguno, quiero convenceros, tal y como yo mismo lo estoy, que la venida del Iman Mahdi es inminente.

En la colección de hadices llamada “Ŷami’a-s-sagir” del Iman Ŷalalu-d-din a-s-Suŷuti encontramos un hadiz:

Cada siglo un hombre de mi Umma será enviado para reformar la Religión (Din).

En toda evidencia, hecho el cual no debe causar extrañeza a ninguno, estos hombres del siglo no son dirigentes políticos, sino ante y sobre todo religiosos. Es más, su preparación en el Din debe ser completa abarcando los tres niveles (Islam, Iman e Ihsan). Difícilmente la ciencia de un político o un legislador de la Chari’a podría abarcar los tres. Hemos de reconocer que nos encontramos ante personas quienes han ascendido al dominio del Ihsan (muhsinin), antes de haber pasado por los otros dos, habiendo conservado Din en toda su extensión. Es esto lo mínimo que se le puede pedir a un reformador.

El último reformador fue el chayj Ahmad Ibn Mustafa al-Alawi. El mismo así lo proclama (“Yo soy el polo del siglo – ‘ana qutbu-l-miladi”), y a fe que con razón. Aunque en la actualidad, y ello debido a la propaganda wahabo-salafista y seudosufi, su nombre se pueda haber perdido en el olvido, el chayj al-Alawi fue una celebridad en su época en absolutamente todo el mundo islámico:

Inauguró, al principio de los años 20, la gran mezquita de París. Tuvo una gran cantidad de discípulos en Europa y viajando por todo el mundo musulmán, pues aún existía el califato otomano, desde Istambul hasta Marruecos fundó cientos de zawiyyas e hizo millares de discípulos. Su poesía Lutfiha, escrita en defensa del Qur’an cuando las autoridades francesas lo prohibieron en Argelia, fue el detonante de que los franceses anularan dicha prohibición, ya que sus discípulos marchaban una y otra vez por las calles argelinas recitándola un día tras otro. Entre sus discípulos más conocidos encontramos al bravo e inteligente general Abdul Karim al Jattabi, motor de la independencia de Marruecos.

Muchos ‘ulama se hicieron discípulos suyos y quienes le atacaron perecieron intelectualmente en el intento, pues las respuestas dadas por el chayj eran tan contundentes y tan basadas en el Qur’an y en la Sunna que no daban lugar a objeciones subsiguientes.

El chaij al Alawi fundó su tariqa en 1910, exactamente hace 100 años. Todo hace indicar pues que la venida del próximo reformador es inminente.

No obstante, en esos 100 años las circunstancias reinantes han cambiado enormemente; no solamente en el mundo que nos rodea, sino en todo a cuanto a la práctica islámica se refiere. Lo que nosotros llamamos haramismo (wahabismo y salafismo) y progresismo (perennialismo, seudosufismo, coranismo y libre pensamiento) han tomado un lugar el cual en toda evidencia no les corresponde, ayudándose para ello de la desmembración del califato otomano en estados y de las incursiones de la masonería en los países islámicos. Al igual que el poder político común no existe ya en los países musulmanes, la visión común, o casi común del Islam, también es inexistente. Dichos grupos se han formado arropados por esta circunstancia, bien financiados por un poder político corrupto, el cual les ha dado vida y les mantiene.

Estos grupos disponen de todos los medios económicos y mediáticos imaginables, procedentes de los países árabes corruptos o de los países occidentales, quienes los utilizan para destruir el Islam. Aún más, una nueva clase de seudosabios llamados “expertos” aparecen ahora en escena llenando páginas y páginas de escritos cuya única utilidad es el poder reciclar el papel. Re sabidillos librepensadores orgullosos de su ignorancia, más orgullosos cuanto la ignorancia es mayor.

¿Cómo podría pues presentarse y tener éxito un reformador en estas circunstancias? En toda evidencia, un segundo chayj al-Alawi no podría conseguir los mismos objetivos que su predecesor. Carente de medios económicos y ajeno a la política, no podría extender su mensaje ni reformar el Islam a través de medios similares de los cuales fueron utilizados por su predecesor. ¿Qué poder económico estaría pues en estos tiempos interesado en la difusión de la verdad? La respuesta es simple: Absolutamente ninguno.

Así pues, habida cuenta de que dicho reformador debe llegar, pues su presencia queda profetizada desde hace 14 siglos por nuestro señor Muhammad – sobre él la plegaria y la paz - , solamente nos queda una opción, a saber:

El próximo reformador debe ser alguien quien traiga consigo un enorme poder, un poder Divino por supuesto, para así encauzar al Islam y a los musulmanes hacia la verdadera adoración, salvando todos los obstáculos los cuales pudieran ponerse en su camino intentando obstruir su misión.

Todos sabemos, y no es nada complicado saber porque, que la persona la cual poseerá dicho poder, además de la sabiduría la cual hemos explicado precedentemente, es el Iman Mahdi.

Esta es nuestra íntima convicción, la cual emana de la veracidad de todo aquello cuanto podemos llegar a comprender.

Por supuesto, Allâh sabe más, por lo tanto dejemos a El hacer Su elección, a Su manera, a Su tiempo. Solamente le pedimos que si el Iman Mahdi llega durante nuestras vidas, Allâh nos permita ser de aquellos quienes trabajen con él, pues como dice el ḥadiz, esperarle es ‘ibada.

Salam

Al-Andalus - Una sola Umma: Sobre la aparición del Iman Mahdi:

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