lunes, 21 de septiembre de 2015

Violencia en Jerusalén





El derecho internacional, la Carta de las Naciones Unidas, y cualquier ley con sentido humano, establece que es nuestro deber respetar la religión y lo sagrado de los demás, y mucho más en los santuarios del planeta.



Pero en Al-Quds (Jerusalén) basta ser musulmán o palestino, para que no se tenga ese derecho. En la Mezquita Al-Aqsa, uno de los lugares más sagrados del mundo para los musulmanes, ocurre un acto imperdonable para la civilización.



En estas últimas semanas, soldados del régimen de Israel irrumpen en el lugar santo, violando los derechos humanos, para sacar con violencia, a patadas o con golpes a los musulmanes, sin importar lo sagrado de ellos, sin importar si rezan o no.



Granadas de aturdimiento, gases lacrimógenos y fuerza para dejar claro que la bandera israelí quiere imponerse sobre el rezo musulmán de los palestinos.



Cientos de arrestados, heridos y oprimidos. Los palestinos han reaccionado y ha habido protestas. El Movimiento de Resistencia Islámica Palestina (HAMAS), anunció el fin de la tregua con el régimen de Israel y aseguró liberar Al-Aqsa en 3 años.



Como respuesta, el régimen de Tel Aviv envía a 5000 soldados incluso de reserva para que estén listos para atacar. El régimen de Israel viola incluso el acuerdo de 1948 que establece que la parte de Jerusalén Este, donde está la sagrada mezquita, no es competencia administrativa de los israelíes, sino que debe ser administrada por los palestinos. Pero eso no importa.



¿Por qué hace esto el régimen de Israel? El plan es judaizar los lugares santos musulmanes, si se puede decirlo, destruirlos, si se pude concebirlo, físicamente para construir el perdido Templo de Salomón.



Pero no es cuestión de un templo o no, si no de una guerra para aplastar a los palestinos que los israelíes, tienen en la mira desde siempre. Y apropiarse por completo de los territorios ocupados proclamados como el régimen de Israel.

No hay comentarios:

Publicar un comentario