Período de Mecca
Se da generalmente por supuesto que este es un sura relativamente temprano del período de Mecca, revelado poco después del sura 112. Algunas partes de él, sin embargo, pertenecen sin duda a una etapa posterior –concretamente los versículos 13-18, que hacen alusión a la experiencia mística de la ascensión al cielo (mirach) del Profeta, aproximadamente un año antes de su éxodo a Medina (véase Apéndice IV).
El título –explicado en la nota 1—está tomado de la palabra an-nachm al comienzo del primer versículo.
En el Nombre de Dios, el Más Misericordioso, el Dispensador de Gracia:
(1) ¡Considera este despliegue [del mensaje de Dios], a medida que desciende![1]
(2) Vuestro paisano no se ha extraviado, ni se engaña,[2] (3) ni habla por capricho: (4) eso [que os transmite] no es sino una inspiración [divina] con la que está siendo inspirado –(5) algo que le imparte alguien sumamente poderoso:[3] (6) [un ángel] de incomparable poder, que en su momento se manifestó en su verdadera forma y naturaleza, (7) apareciendo en lo más alto del horizonte,[4] (8) y luego se acercó y descendió, (9) hasta que estuvo a una distancia de dos arcos o menos.[5]
(10) Y entonces reveló [Dios] a Su siervo lo que tuvo a bien revelar.[6]
(11) No mintió el corazón [del siervo] en lo que vio:[7] (12) ¿vais vosotros, pues, a discutirle lo que vio?[8]
(13) Y, ciertamente, lo vio[9] otra vez (14) junto al azufaifo del límite,[10] (15) cercano al jardín de la promesa, (16) cuando velaba al azufaifo un velo de indescriptible esplendor....[11]
(17) [Y no obstante,] el ojo no se desvió, ni se excedió: (18) vio, realmente, algunos de los más profundos símbolos de su Sustentador.[12]
(19) ¿Habéis considerado, pues, alguna vez [qué es lo que adoráis en] Al-Lat y Al-Ussa, (20) y [en] Manat, la tercera y última [de esta triada]?[13]
(21) ¡Cómo! --¿para vosotros [escogeríais sólo] varones, mientras que a Él [Le asignáis] hembras?[14] (22) ¡Pues si que es ese un reparto injusto!
(23) Estos [supuestos seres divinos] no son sino nombres vacíos que habéis inventado –vosotros y vuestros antepasados—[y] para los cuales Dios nunca ha hecho descender autorización.[15] [Quienes los adoran] no siguen sino suposiciones y sus propias fantasías[16] --aunque ahora en verdad les ha llegado, de su Sustentador, la guía recta.
(24) ¿Se imagina el hombre que puede tener[17] todo cuanto desee, (25) a pesar del hecho de que la Otra Vida y la presente pertenecen [sólo] a Dios?[18]
(26) Pues, por muchos ángeles que haya en los cielos, de nada sirve su intercesión [por nadie] –a menos que Dios dé permiso [para interceder] por quien Él quiera y con quien Él esté complacido.[19]
(27) Ciertamente, [sólo] quienes no creen [realmente] en la Otra Vida tienen a los ángeles por seres femeninos;[20] (28) y [como] no tienen conocimiento alguno al respecto,[21] no siguen más que suposiciones: pero, ciertamente, las suposiciones no sirven de sustituto a la verdad.
(29) Apártate, pues, de aquellos que dan la espalda a Nuestro recuerdo y no desean sino la vida de este mundo, (30) que es, para ellos, lo único que merece ser conocido.[22] Ciertamente, tu Sustentador sabe bien quien se ha extraviado de Su camino, y sabe bien quien sigue Su guía.
(31) En verdad, de Dios es cuanto hay en los cielos y cuanto hay en la tierra: y Él recompensará a los que obran mal conforme a lo que hicieron, y recompensará a los que obran bien con el supremo bien.[23]
(32) Aquellos que evitan los pecados [realmente] graves y los actos inmorales –aunque a veces caigan[24] --ciertamente, tu Sustentador es [con ellos] sumamente indulgente.
Él es plenamente consciente de vosotros[25] cuando os crea de la tierra,[26] y cuando estáis ocultos aún en el vientre de vuestras madres: no os tengáis, pues, por puros –[porque] Él sabe bien quien es consciente de Él.[27]
(33) ¿Has considerado alguna vez a ese que da la espalda [a Nuestro recuerdo, y se afana sólo por la vida de este mundo], (34) y que da tan poco [de sí mismo para el bien de su alma], y tan mezquinamente?[28]
(35) ¿[Alega, acaso, que] tiene conocimiento de lo que está fuera del alcance de la percepción humana, de forma que puede ver [-lo con claridad]?[29]
(36) ¿O no ha sido informado de lo que hay en las revelaciones de Moisés, (37) de Abraham, que cumplió fielmente:[30]
(38) que nadie habrá de cargar con la carga de otro;[31]
(39) que no contará para el hombre sino aquello por lo que se esfuerza;[32]
(40) que en su momento [le] será mostrado [el verdadero carácter de] su esfuerzo,[33] (41) y luego será retribuido por él con la retribución más completa;
(42) que en tu Sustentador están el principio y el fin [de todo cuanto existe];[34]
(43) que es Él quien [os] hace reír y llorar;
(44) que es Él quien da la muerte y da la vida;
(45) que es Él quien crea a los dos miembros de la pareja –macho y hembra—(46) de una [mera] gota de esperma que es eyaculada, (47) y que [por tanto] está en Su poder crear una segunda vida;[35]
(48) que es Él quien libra de la necesidad y contenta con lo que da;
(49) que es Él el Sustentador de Sirio;[36]
(50) y que es Él quien destruyó a la antigua [tribu de] Aad (51) y a Zamud, sin dejar rastro [de ellos],[37] (52) así como al pueblo de Noé con anterioridad –[pues,] realmente, todos ellos fueron sumamente malvados y arrogantes—(53) igual que aniquiló a aquellas ciudades que fueron vueltas del revés (54) y luego las sepultó para siempre?[38]
(55) ¿Cuál, pues, de los poderes de tu Sustentador puedes [aún] poner en duda?[39]
(56) Esta es una advertencia como todas las advertencias pasadas:[40] (57) esa [Última Hora], ya cercana, se acerca aún más, (58) [aunque] nadie sino Dios puede revelarla....
(59) ¿Acaso este anuncio os resulta extraño? (60) ¿Y, en vez de llorar, reís (61) divertidos?
(60) ¡[No,] sino postraos ante Dios, y adoradle [sólo a Él]!
Se da generalmente por supuesto que este es un sura relativamente temprano del período de Mecca, revelado poco después del sura 112. Algunas partes de él, sin embargo, pertenecen sin duda a una etapa posterior –concretamente los versículos 13-18, que hacen alusión a la experiencia mística de la ascensión al cielo (mirach) del Profeta, aproximadamente un año antes de su éxodo a Medina (véase Apéndice IV).
El título –explicado en la nota 1—está tomado de la palabra an-nachm al comienzo del primer versículo.
En el Nombre de Dios, el Más Misericordioso, el Dispensador de Gracia:
(1) ¡Considera este despliegue [del mensaje de Dios], a medida que desciende![1]
(2) Vuestro paisano no se ha extraviado, ni se engaña,[2] (3) ni habla por capricho: (4) eso [que os transmite] no es sino una inspiración [divina] con la que está siendo inspirado –(5) algo que le imparte alguien sumamente poderoso:[3] (6) [un ángel] de incomparable poder, que en su momento se manifestó en su verdadera forma y naturaleza, (7) apareciendo en lo más alto del horizonte,[4] (8) y luego se acercó y descendió, (9) hasta que estuvo a una distancia de dos arcos o menos.[5]
(10) Y entonces reveló [Dios] a Su siervo lo que tuvo a bien revelar.[6]
(11) No mintió el corazón [del siervo] en lo que vio:[7] (12) ¿vais vosotros, pues, a discutirle lo que vio?[8]
(13) Y, ciertamente, lo vio[9] otra vez (14) junto al azufaifo del límite,[10] (15) cercano al jardín de la promesa, (16) cuando velaba al azufaifo un velo de indescriptible esplendor....[11]
(17) [Y no obstante,] el ojo no se desvió, ni se excedió: (18) vio, realmente, algunos de los más profundos símbolos de su Sustentador.[12]
(19) ¿Habéis considerado, pues, alguna vez [qué es lo que adoráis en] Al-Lat y Al-Ussa, (20) y [en] Manat, la tercera y última [de esta triada]?[13]
(21) ¡Cómo! --¿para vosotros [escogeríais sólo] varones, mientras que a Él [Le asignáis] hembras?[14] (22) ¡Pues si que es ese un reparto injusto!
(23) Estos [supuestos seres divinos] no son sino nombres vacíos que habéis inventado –vosotros y vuestros antepasados—[y] para los cuales Dios nunca ha hecho descender autorización.[15] [Quienes los adoran] no siguen sino suposiciones y sus propias fantasías[16] --aunque ahora en verdad les ha llegado, de su Sustentador, la guía recta.
(24) ¿Se imagina el hombre que puede tener[17] todo cuanto desee, (25) a pesar del hecho de que la Otra Vida y la presente pertenecen [sólo] a Dios?[18]
(26) Pues, por muchos ángeles que haya en los cielos, de nada sirve su intercesión [por nadie] –a menos que Dios dé permiso [para interceder] por quien Él quiera y con quien Él esté complacido.[19]
(27) Ciertamente, [sólo] quienes no creen [realmente] en la Otra Vida tienen a los ángeles por seres femeninos;[20] (28) y [como] no tienen conocimiento alguno al respecto,[21] no siguen más que suposiciones: pero, ciertamente, las suposiciones no sirven de sustituto a la verdad.
(29) Apártate, pues, de aquellos que dan la espalda a Nuestro recuerdo y no desean sino la vida de este mundo, (30) que es, para ellos, lo único que merece ser conocido.[22] Ciertamente, tu Sustentador sabe bien quien se ha extraviado de Su camino, y sabe bien quien sigue Su guía.
(31) En verdad, de Dios es cuanto hay en los cielos y cuanto hay en la tierra: y Él recompensará a los que obran mal conforme a lo que hicieron, y recompensará a los que obran bien con el supremo bien.[23]
(32) Aquellos que evitan los pecados [realmente] graves y los actos inmorales –aunque a veces caigan[24] --ciertamente, tu Sustentador es [con ellos] sumamente indulgente.
Él es plenamente consciente de vosotros[25] cuando os crea de la tierra,[26] y cuando estáis ocultos aún en el vientre de vuestras madres: no os tengáis, pues, por puros –[porque] Él sabe bien quien es consciente de Él.[27]
(33) ¿Has considerado alguna vez a ese que da la espalda [a Nuestro recuerdo, y se afana sólo por la vida de este mundo], (34) y que da tan poco [de sí mismo para el bien de su alma], y tan mezquinamente?[28]
(35) ¿[Alega, acaso, que] tiene conocimiento de lo que está fuera del alcance de la percepción humana, de forma que puede ver [-lo con claridad]?[29]
(36) ¿O no ha sido informado de lo que hay en las revelaciones de Moisés, (37) de Abraham, que cumplió fielmente:[30]
(38) que nadie habrá de cargar con la carga de otro;[31]
(39) que no contará para el hombre sino aquello por lo que se esfuerza;[32]
(40) que en su momento [le] será mostrado [el verdadero carácter de] su esfuerzo,[33] (41) y luego será retribuido por él con la retribución más completa;
(42) que en tu Sustentador están el principio y el fin [de todo cuanto existe];[34]
(43) que es Él quien [os] hace reír y llorar;
(44) que es Él quien da la muerte y da la vida;
(45) que es Él quien crea a los dos miembros de la pareja –macho y hembra—(46) de una [mera] gota de esperma que es eyaculada, (47) y que [por tanto] está en Su poder crear una segunda vida;[35]
(48) que es Él quien libra de la necesidad y contenta con lo que da;
(49) que es Él el Sustentador de Sirio;[36]
(50) y que es Él quien destruyó a la antigua [tribu de] Aad (51) y a Zamud, sin dejar rastro [de ellos],[37] (52) así como al pueblo de Noé con anterioridad –[pues,] realmente, todos ellos fueron sumamente malvados y arrogantes—(53) igual que aniquiló a aquellas ciudades que fueron vueltas del revés (54) y luego las sepultó para siempre?[38]
(55) ¿Cuál, pues, de los poderes de tu Sustentador puedes [aún] poner en duda?[39]
(56) Esta es una advertencia como todas las advertencias pasadas:[40] (57) esa [Última Hora], ya cercana, se acerca aún más, (58) [aunque] nadie sino Dios puede revelarla....
(59) ¿Acaso este anuncio os resulta extraño? (60) ¿Y, en vez de llorar, reís (61) divertidos?
(60) ¡[No,] sino postraos ante Dios, y adoradle [sólo a Él]!
[1] O también: "Considera la estrella cuando declina" –una interpretación que ha sido preferida por la mayoría de los comentaristas. No obstante, casi todos ellos admiten que el término nachm –derivado del verbo nayama, "apareció", "comenzó", "se originó", o "se desarrolló"—denota así mismo el "despliegue" de algo que llega o aparece gradualmente, como por entregas. De ahí que este término se utilizara desde un principio para designar a cada una de las partes del Qur’án (nuyum) que estaban siendo reveladas y, por tanto, al proceso gradual de su revelación, o su "despliegue". De hecho, esta era la interpretación que Abd Allah ibn Abbás (citado por Tabari) daba a este versículo; teniendo en cuenta lo que sigue, Raguib, Samajshari, Rasi, Baidawi, Ibn Kazir y otras autoridades consideran plenamente justificada dicha interpretación. Raguib e Ibn Kazir, en particular, señalan a la frase mawaqií an-nuyum en 56:75, que se refiere sin duda a la revelación gradual del Qur’án. – En cuanto a mi traducción de la partícula de juramento wa por "considera", véase sura 74, nota 23.
[2] Véase la nota 150 a 7:184.
[3] E.d., Gabriel, el Ángel de la Revelación.
[4] Cf. 81:23 y la nota 8 correspondiente. Según el Qur’án y el testimonio de las Tradiciones auténticas, el Profeta sólo contempló en dos ocasiones en su vida a esta fuerza angélica "manifestada en su verdadera forma y naturaleza" (que es, como señala Samajshari, el significado de la expresión istawá en este contexto): una vez, después del período denominado fatrat al-wahí (véase la introducción al sura 74), y otra vez, a la que aluden los versículos 13-18, en el curso de su visión mística conocida como la "Ascensión" (véase Apéndice IV).
[5] Esta "descripción" gráfica del acercamiento del ángel, basada en una antigua figura retórica de Arabia, quiere transmitir la idea de que el Ángel de la Revelación llegó a ser una presencia claramente perceptible, casi tangible.
[6] Lit., "lo que reveló": alusión a la magnífica aparición del ángel "en su verdadera forma y naturaleza" y también al contenido de la revelación divina en sí. En su sentido más profundo, esta frase da a entender que Dios no da a conocer por entero, ni siquiera a Sus profetas escogidos, los misterios últimos de la existencia, de la vida y la muerte, del propósito por el cual ha creado el universo, o de la naturaleza del propio universo.
[7] Dado que el Profeta era plenamente consciente del carácter espiritual de su experiencia, no existía conflicto entre su mente consciente y su percepción intuitiva (la "visión del corazón") de lo que no es normalmente perceptible.
[8] El Qur’án pone así de manifiesto que la visión que el Profeta tuvo del ángel no era delirio sino una auténtica experiencia espiritual: pero precisamente por ser de naturaleza puramente espiritual, sólo podía ser transmitida por medio de símbolos y de alegorías, algo que los escépticos rechazan sin vacilaciones tachándolos de fantasías, empeñados en "discutirle lo que vio".
[9] E.d., vio al ángel "manifestado en su verdadera forma y naturaleza".
[10] E.d., con ocasión de su experiencia mística de la "Ascensión" (mirach). Raguib, al explicar la visión que la expresión sidrat al-muntaha quiere comunicar, sugiere que dada la gran sombra que proporciona su abundante frondosidad, el sidr o sidra (el azufaifo, o loto, de Arabia) aparece en el Qur’án y en los ahadiz relativos a la Ascensión como símbolo de la "sombra" –e.d., la paz y plenitud espiritual—del paraíso. En cuanto al uso del calificativo al-muntaha ("del límite" o "confín más lejano") puede inferirse de ello, como se señala en el Nihaya, que Dios ha fijado un límite al conocimiento accesible a los seres creados: esto implica, en particular, que el conocimiento humano, aun con ser potencialmente vasto y profundo, no puede nunca –ni siquiera en el paraíso (el "jardín de la promesa" que se menciona en el versículo siguiente)—llegar a comprender la realidad última, cuyo conocimiento es exclusivo del Creador (cf. la nota 6 más arriba).
[11] Lit., "lo que [lo] velaba": frase intencionalmente vaga (mubham), que indica la indecible majestad y esplendor asociados con este símbolo del paraíso "del que ninguna descripción puede dar idea ni lo abarcan las definiciones" (Samajshari).
[12] Lit., "[algunos] de los más grandes símbolos (ayat) de su Sustentador". Acerca de esta traducción particular del término aya, véase la nota 2 a 17:1, que hace referencia a la misma experiencia mística, o sea, a la Ascensión. En ambas alusiones coránicas se afirma que "se hizo ver" al Profeta (e.d., se le permitió comprender) algunas verdades supremas, aunque no todas (cf. también 7:187-188); y esto sirve además como explicación de la idea expresada en el versículo 10 más arriba.
[13] Después de destacar que le fue concedida al Profeta una comprensión cabal de algunas de las verdades más profundas, el Qur’án llama nuestra atención hacia los "falsos símbolos" que los hombres eligen a menudo para investirlos de cualidades y poderes divinos: en este caso –y como ejemplo—a la blasfema imaginería de los contemporáneos paganos del Profeta representada por la triada de Al-Lat, Al-Ussa y Manat. Estas tres diosas –que los árabes paganos tenían por "hijas de Dios", junto con los ángeles (que eran también considerados femeninos)—eran adoradas en la mayor parte de la Arabia pre-islámica, contando con varios santuarios en el Hiyás y en Nachd. El culto a Al-Lat era especialmente antiguo y procedía casi con toda seguridad del sur de Arabia; podría haber sido el prototipo de la semidiosa griega Latona, una de las esposas de Zeus, madre de Apolo y Artemisa.
[14] Habida cuenta del desprecio que los árabes paganos sentían por su descendencia femenina (cf. 16:57-59 y 62, así como las notas correspondientes), su atribución de "hijas" a Dios era especialmente absurda y contradictoria: pues, aparte de la creencia blasfema de que Dios tenga "progenie", de la clase que sea, el asignarle algo que ellos despreciaban desmentía su supuesta "reverencia" hacia Él, a quien consideraban también como Ser Supremo –un punto que se destaca con ironía en la frase siguiente.
[15] Cf. 12:40.
[16] Alusión a la idea pagana de que esas diosas, y también los ángeles, actuarían de "mediadores" entre sus devotos y Dios: una idea fantástica que pervive entre los fieles de religiones superiores en forma de veneración por los santos y personalidades deificadas.
[17] Lit., "Puede el hombre tener...", etc.
[18] E.d., a pesar del hecho (que es el significado de la partícula fa en este contexto) de que Dios es omnipotente y omnisciente y no requiere, por tanto, de ningún "mediador" entre Él y Sus criaturas.
[19] Para una explicación del concepto coránico de "intercesión", véase la nota 7 a 10:3, y también las notas 26 y 27 a 10:8.
[20] Lit., "nombran a los ángeles con nombre femenino" –e.d., los consideran dotados de sexo y/o que son "hijas de Dios". Como señala el Qur’án en muchos lugares, la gente a que se alude en este pasaje creen en la vida después de la muerte, ya que tienen la esperanza de que los ángeles y las deidades imaginarias que adoran "mediarán" entre ellos y Dios, e "intercederán" en su favor. Sin embargo, su creencia es demasiado difusa para permitirles comprender que la calidad de la vida del hombre en el más allá no depende de tales factores externos sino que está conectada, directa y causalmente, con su conducta en este mundo: por consiguiente, el Qur’án afirma que su actitud difiere poco, a efectos prácticos, de la de gentes que rechazan de plano la idea de un más allá.
[21] O sea, de la verdadera naturaleza y función de esa categoría de seres que el Qur’án denomina ángeles, ya que esos pertenecen al reino de al-gaib: "lo que está fuera del alcance de la percepción humana". Es posible también que el pronombre en bihi se refiera a Dios, en cuyo caso la frase podría traducirse por "no tienen conocimiento alguno de Él" –lo que muestra que tanto su atribución a Él de "progenie" como la creencia en que Su juicio depende de, o podría verse influenciado por, la "mediación" o la "intercesión" provienen de un concepto antropomórfico de Dios y, por tanto, muy alejado de la verdad.
[22] Lit., "esa es la suma total [o "la meta"] del conocimiento".
[23] E.d., mientras que las buenas obras serán recompensadas con mucho más de lo que su mérito les garantiza, el mal será retribuido sólo con algo equivalente (cf. 6:160); y ambas decisiones las tomará el Todopoderoso sin necesidad de "mediación" o "intercesión".
[24] Lit., "salvo un toque [de ello]": una frase que puede entenderse como "una caída ocasional en el pecado" –e.d., no deliberada—seguida de un arrepentimiento sincero (Bagawi, Rasi, Ibn Kazir).
[25] Sc., "y de vuestras debilidades innatas" –un reflejo implícito del aserto: "el hombre ha sido creado débil" (4:28), y propenso, por tanto, a caer en el pecado.
[26] Véase la segunda parte de la nota 47 a 3:59, y también la nota 4 a 23:12.
[27] E.d., "no os jactéis jamás de vuestra pureza", sino sed humildes y recordad que "es Dios quien ayuda a crecer en pureza a quien Él quiere" (4:49).
[28] Mi traducción de estos dos versículos [y las interpolaciones entre corchetes] está basada en la convincente interpretación que Rasi hace de este pasaje como un retorno al tema mencionado en los versículos 29-30.
[29] E.d., "¿Cómo puede estar tan seguro de que no hay vida en el más allá, ni juicio?"
[30] Cf. 2:124 y la nota 100 correspondiente. Es evidente que los nombres de Abraham y Moisés son mencionados aquí sólo como ejemplo, para llamar la atención al hecho de que a lo largo de toda la historia humana Dios ha encomendado a Sus elegidos, los profetas, la tarea de transmitir al hombre ciertas verdades éticas inmutables.
[31] Esta ley ética fundamental aparece enunciada cinco veces en el Qur’án –en 6:164, 17:15, 35:18, 39:7, y en este versículo, que es su mención más antigua en la cronología de la revelación. Su enseñanza tiene tres aspectos: en primer lugar, expresa un categórico rechazo de la doctrina cristiana del "pecado original", que supuestamente pesa sobre todo ser humano desde su nacimiento; en segundo lugar, refuta la idea de que los pecados de una persona puedan ser "redimidos" por el sacrificio redentor de un santo o de un profeta (como enseña, por ejemplo, la doctrina cristiana de la redención de los pecados de la humanidad por Jesús, o la doctrina persa, anterior a esa, de la redención del hombre por Mitra); y, finalmente, niega implícitamente la posibilidad de que exista "mediación" entre el pecador y Dios.
[32] Cf. el dicho fundamental, y muy bien autentificado, del Profeta: "Las acciones serán [juzgadas] sólo según las intenciones conscientes [que las motivaron]; y a cada cual le será anotado sólo lo que se haya propuesto conscientemente", e.d., al hacer lo que hizo. Este hadiz es citado por Bujari en siete apartados –la primera vez como introducción a su Sahih—y también por Muslim, Tirmidi, Abu Da’ud, Nasa’i (en cuatro apartados), Ibn Maya, Ibn Hanbal, y en otras recopilaciones. Acerca de esto, debe mencionarse que en la ética coránica, el término "acción" (aamal) comprende también la omisión deliberada de una acción, sea esta buena o mala, como así mismo la expresión deliberada de una creencia, correcta o no: en resumen, todo aquello que el hombre se propone conscientemente y expresa mediante palabras o hechos.
[33] Lit., "su esfuerzo se verá", e.d., en el Día del Juicio, cuando –como afirma el Qur’án en varios lugares—Dios "os hará entender [realmente] todo lo que hacíais [en vida]".
[34] Lit., "el límite final" o "meta", que abarca el principio y el fin del universo, tanto en el tiempo como en el espacio, así como la fuente de la que proviene todo y a la que todo debe regresar.
[35] Lit., "Le corresponde a Él la otra [o "la segunda"] creación de la vida (nash’a)", e.d., la resurrección.
[36] Ash-shiira, estrella de primera magnitud perteneciente a la constelación Can Mayor. Al ser la estrella más brillante en el firmamento, su adoración estaba muy extendida en la Arabia pre-islámica. La frase rabb ash-shiira se emplea, idiomáticamente, como metonimia del Creador y Mantenedor del universo.
[37] Acerca de la historia de la tribu de Aad, véase la segunda parte de la nota 48 a 7:65; y para la de Zamud, la nota 56 a 7:73.
[38] Lit., "de forma que las cubrió lo que las cubrió": referencia a Sodoma y Gomorra, ciudades del "pueblo de Lot" (véase, en particular, 11:77:83).
[39] Esta pregunta retórica va dirigida evidentemente al tipo de hombre del que se habla en los versículos 33-35. – En cuanto a que haya traducido ala’ (lit., "bendiciones" o "dones") por "poderes", véase la segunda parte de la nota 4 a 55:13.
[40] Lit., "una advertencia de [o "de entre"] las advertencias antiguas" –dando a entender que la revelación encomendada a Muhámmad no se propone fundar una "nueva" religión sino que, por el contrario, continua y confirma el mensaje fundamental transmitido a los profetas anteriores--- y que en este caso concreto alude a la indubitable llegada de la Última Hora y del juicio final de Dios.
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