viernes, 24 de junio de 2011

COMPLEJIDAD Y DIVERSIDAD DE LAS SOCIEDADES ISLÁMICAS


COMPLEJIDAD Y DIVERSIDAD DE LAS SOCIEDADES ISLÁMICAS

Complejidad del Islam

 

El Islam es un universo complejo, tanto desde el punto de vista geográfico como
histórico...

Por supuesto. Su diversidad y las diferencias entre las personas y sus creencias, sus
estilos de vida y sus políticas es algo que no hemos llegado a entender lo suficiente.

¿Cuáles son las características esenciales del sistema de creencia islámico?

¿Podría identificarlas para nosotros?

En realidad, nos resultarán muy familiares. Las creencia en que hay un solo Dios que creó el mundo, que ubicó a los seres humanos en él, que les ordenó actuar con rectitud y comportarse de acuerdo con Sus leyes y que los juzgará en el Día del Juicio, premiándolos con el cielo o castigándolos con el infierno , es el mismo sistema de creencias en sus líneas fundamentales que el judeocristiano. Pero además añade la idea de que el Corán es la revelación definitiva de Dios, y que Muhammad es el último profeta.

Para el Islam también es fundamental crear un sentido de hermandad y comunidad que es muy fuerte entre los musulmanes, y la base de la lealtad política.

Háblenos un poco sobre Muhammad. Fue muchas cosas: un profeta, un guerrero, un hombre de Estado...

Él comenzó su vida como un buscador. Solía adentrarse en las montañas del desierto en busca de silencio, y allí se mantenía en vela. Fue durante estas vigilias cuando tuvo las primeras revelaciones. Los años en La Meca fueron un periodo de predicación durante la cual anunciaba la inminencia del Juicio Final y pedía a la gente que se arrepintiera y fuera generosa con los pobres, las viudas y los huérfanos. Creo que su experiencia en La Meca, su ciudad natal, donde fue rechazado por su propia gente, lo llevó a actuar de un modo diferente, buscando ayuda en las ciudades vecinas, sobre todo en Medina. En esta ciudad comenzó a añadir una dimensión comunitaria y política a sus actividades, creando una comunidad y combatiendo finalmente para defender y apoyar los intereses de dicha comunidad. Así pues, se da a la vez una creencia en Dios, una conducta moral y ética, y una lealtad a la comunidad, combinación muy característica no solo del Islam sino también de otras religiones.

¿Cómo se explica el atractivo universal del Islam y su éxito a la hora de difundirse por todo el mundo? Háblenos un poco sobre este punto.

En mi opinión, existen ciertos elementos del Islam que poseen un atractivo universal, y el más importante es que ofrece un sentimiento de comunidad y hermandad.

Cuando las personas se convierten al Islam, se están uniendo a una comunidad. El Islam posee ese potencial en todo el mundo. A menudo ha atraído a personas de sociedades desorganizadas o fragmentadas –sociedades formadas por clanes y tribus, o comunidades de comerciantes donde hay muchos inmigrantes y recién llegados– porque ofrece un sentido de pertenencia. Este es un factor crucial. Además, por supuesto, el propio sistema de creencias es muy atractivo para la gente. Existe una herencia compartida por judíos, cristianos y musulmanes; es un modo de ver el mundo en el que las personas encuentran un sentido a la vida y unas normas de conducta justas.

Estos dos elementos son generales y universales, pero el Islam se difunde en unas circunstancias históricas particulares, ya sea una conquista que desencadena un proceso de conversiones, un gobierno islámico, o el establecimiento de comunidades de comerciantes.

A veces es la actividad misionera de los predicadores. Pero siempre se trata de diferentes contextos históricos, de distintos momentos que dan lugar al proceso de ganar adeptos para el Islam en diversas partes del mundo.

Antes de tratar cómo interactúa el Islam con esos entornos locales, tengo otra pregunta: ¿tiene el Islam un atractivo especial para los oprimidos y los pobres? Usted ha hablado de sociedades fragmentadas o rotas...

Sin duda lo tiene, pero también atrae a las clases medias y las élites políticas. Por lo tanto, ejerce su atractivo sobre distintos sectores de población, por razones diferentes.

Los diversos entornos tienen distintas maneras de entender y practicar el Islam. Al principio, por ejemplo, suele atraer a las élites políticas. Los primeros musulmanes fueron los conquistadores árabes de Oriente Medio, y más tarde comenzaron las conversiones entre los propietarios de tierras, los funcionarios del gobierno, los soldados y los comerciantes.

Por último, el Islam se transformó en la religión de los pobres, los oprimidos y los grupos tribales que resistían frente a esas mismas élites políticas en el nombre de esa misma religión. [3] Así pues, disputaban por la forma en que debe interpretarse la religión y sobre quién posee una comprensión correcta de la misma.

Una de las percepciones erróneas que nosotros –cuando digo “nosotros”, me refiero a los estadounidenses– podemos tener sobre el Islam es que, debido a las circunstancias históricas actuales, lo vemos de manera unidimensional y no apreciamos su complejidad. Sin embargo, usted siempre ha dejado muy claro que el Islam interactúa con la culturas, las sociedades y los entornos locales, siendo transformado por éstos en muchos aspectos y transformándolos a su vez, lo cual nos ofrece una realidad muy diferente a la que vemos cuando nos centramos, por ejemplo, en el terrorismo o el extremismo político.

Sí, por supuesto. El Islam es muy diferente en distintas regiones. Sobre el terreno, cuando preguntamos a los musulmanes sobre sus creencias y vemos sus formas de culto, apreciamos esa diversidad por todas partes. El Islam también difiere en función de la clase social y del nivel educativo. Hoy en día, por ejemplo, podemos encontrar a los puristas musulmanes, seguidores del Islam político , pero también a musulmanes liberales, no solo en Europa y América sino en Irán , Egipto , Pakistán o Indonesia; personas que opinan que el Islam es compatible con los actuales valores democráticos y que está comprometido con los derechos civiles y los derechos humanos. Hay musulmanes que ven el Islam como un sistema de prácticas rituales. Hay quienes practican la veneración a los santos y no prestan ninguna atención a los asuntos políticos. Acuden a la tumba de un santo para ofrecer un pequeño regalo y pedir ayuda a Dios. Estas son formas muy distintas de religiosidad, aunque todas ellas permanecen dentro del marco del Islam.

Política y religión

Un problema que es necesario abordar es hasta qué punto el Islam de estos diversos entornos ha sido capaz de adaptarse a lo que llamamos modernidad, modernización o secularización. Por lo que usted afirma, no parece haber una respuesta definitiva a esta pregunta ¿no es así?

No, no la hay. Existen diferentes respuestas. Algunos musulmanes han adoptado la modernidad. Ciertamente, las clases altas y medias de todo el mundo islámico practican hoy por hoy un estilo de vida occidental, aun siendo muchos de ellos musulmanes devotos.

Los musulmanes también han adoptado las nuevas tecnologías y, como ya he mencionado, muchos defienden los derechos civiles y los derechos humanos, y apoyan los partidos políticos y la democracia. Así pues, al igual que los cristianos siguen siendo cristianos o los judíos, judíos, aunque lleven un estilo de vida moderno, éste también es el caso de muchos musulmanes.

En el otro extremo, hay muchas personas que rechazan la modernidad y la consideran un estilo de vida occidental y corrupto. Rechazan el materialismo y el énfasis en el consumismo, y también los valores políticos de la modernidad, pues piensan que hay una verdad absoluta –la verdad revelada– y que la gente debe vivir de acuerdo a dicha verdad. Tampoco aceptan la idea de competencia política.

En mi opinión, una de las razones de esta oposición al mundo moderno es el rechazo a las naciones-estado contemporáneas. Los estados en los que viven muchos musulmanes no son democracias, sino regímenes militares, pequeñas oligarquías o incluso regímenes familiares. En la medida en que estos regímenes se suelen identificar a sí mismos como modernos y laicos, la oposición se identifica a sí misma como musulmana y contraria al laicismo.

Por eso el Islam, debido a su adaptabilidad, parece adoptar una forma muy diferente dependiendo de dónde se encuentre... Sí, así es. De todos modos, no quisiera dar la impresión de que el Islam es diferente en este aspecto a otras religiones. Las personas adaptan sus creencias y principios básicos a las circunstancias. Acuden a los textos sagrados en busca de orientación, pero pueden desarrollar distintas interpretaciones de lo que es prioritario e importante. [4] Incluso leyendo un mismo texto, o leyendo el propio Corán, algunas personas harán hincapié en un versículo, y otras lo harán en otro. [5] Sí, el Islam es muy adaptable, al igual que otras religiones. Cualquier religión que tenga mil millones de seguidores o más, es, en la práctica, extremadamente adaptable.
Hablemos ahora un poco de política e Islam . Tal y como podemos ver en su obra –y echando un vistazo a la historia islámica también queda muy claro–, ha habido distintas respuestas a la pregunta de si hay que “dar al César lo que es del César” o si, por el contrario, religión y Estado deben combinarse. Ayúdenos a entender esa diversidad dentro del Islam y a comprender si la fe misma apunta en una dirección o en otra.

Existen dos opciones básicas. Una es el ejemplo del profeta Muhammad, en el que la creencia y la práctica religiosas, los asuntos comunitarios y la política van unidos. Hay un solo líder y una sola comunidad. Esta es la vida de una comunidad pequeña e integrada.

Este modelo ha perdurado a lo largo de los siglos en todo el mundo musulmán, y desde el siglo XVIII hasta el presente es invocado como el modelo ideal. Esta es la “sociedad justa”.

La otra opción es aquélla en la que existe una separación entre la religión y el Estado. Las élites políticas forman un grupo de personas y los eruditos religiosos y sus seguidores forman otro. La política se concibe como algo que opera con normas seculares, y la comunidad de creyentes sigue las normas religiosas. Esta separación ha existido en la práctica, pero no suele reconocerse, aunque ha sido el modo habitual de gobierno en la mayoría de países y sociedades a lo largo de la historia, hasta llegar al Estado nacional moderno. Así pues, existe un contraste entre la realidad práctica y el ideal teórico. Y este ideal –la unión del Estado, la religión y la política– es invocado hoy en día como crítica o como alternativa a una situación de hecho.

¿ Afganistán y los talibanes serían un caso extremo de esto?

Son un ejemplo del intento de establecer un “Estado islámico” que impone lo que los talibanes piensan que son las normas religiosas correctas.

Usted subraya una y otra vez en sus trabajos que la identidad islámica va acompañada de múltiples identidades y que, donde el Islam ha florecido, lo ha hecho como parte de una civilización compleja que ha sido definida por los valores islámicos, pero que también los ha moldeado.

Si hablamos a nivel individual, casi todas las personas poseen múltiples niveles de identidad, tal y como usted afirma. Podríamos decir que “los musulmanes no solo son musulmanes”. También son miembros de una familia, una tribu o una nación, proceden de un lugar determinado, ejercen una profesión y poseen ideologías políticas e intereses económicos diversos. Estos complejos entramados de identidades a veces entran en conflicto, y las personas deben decidir qué nivel es importante en cada caso. Por eso, a veces, reivindican ser musulmanes y otras, por ejemplo, defienden los intereses económicos familiares. Eso da a la gente de todo el mundo una gran variedad de opciones.

Es un caso extremo y muy poco habitual que la gente diga que solo es musulmana y que, en la práctica, no sea leal ni se comprometa con nada más. Esta situación solo se puede ver en el caso de los extremistas y los terroristas, quienes están libres de las obligaciones que deben cumplir las personas integradas en una sociedad.

Aunque el Islam sea un factor importante que moldea el pensamiento de los pueblos musulmanes, no debemos pensar que es el único rasgo que define a dichos pueblos.

Una cuestión de interés es el estatus, el papel y el lugar de las mujeres en el Islam.

Una vez más, usted muestra una historia y una evolución del estatus de las mujeres en el Islam mucho más complejas de lo que suele pensarse en EE.UU. Ayúdenos a comprender la complejidad de este estatus y cómo ha cambiado a lo largo del tiempo.

No solo es un tema complicado, sino muy controvertido, e incluso peligroso. En general, las sociedades musulmanas son patriarcales, y en ellas se espera que los hombres ocupen una posición dominante y tengan la última palabra dentro de la familia.

Muchos piensan que los hombres son intelectualmente superiores a las mujeres y, por lo tanto, opinan que lo correcto es que el hombre ocupe una posición dominante en su familia. Sin embargo, cuando miramos de cerca cómo se relacionan realmente las personas entre sí, descubrimos que las diferencias son enormes y observamos todo tipo de situaciones.

Podemos ver las típicas familias patriarcales, pero también familias nucleares donde el esposo y la esposa son iguales en la práctica, de modo que todas las decisiones familiares son negociadas y discutidas entre los cónyuges. E incluso podemos ver familias donde, debido a su fuerte personalidad o gracias al estatus social o económico de su familia de origen, la mujer controla realmente el hogar. Si ella respeta los usos y costumbres tradicionales, no lo hará en público, pero, de hecho, controlará su hogar. Así pues, podemos encontrar un amplio espectro de conductas en situaciones reales, y posibilidades muy diversas de distribución del poder entre hombres y mujeres, al margen de las normas formales de la sociedad.

Hoy en día, en la época contemporánea, todo esto está cambiando, debido, en primer lugar, a que las educación de las mujeres se está convirtiendo en un valor universal.

Cuanto más educadas están las mujeres, más exigencias plantean en lo referente a oportunidades profesionales, respeto e influencia en los asuntos familiares. Éste es un fenómeno casi universal, de modo que tanto los musulmanes conservadores como los reformistas conceden espacio a esta realidad, favoreciendo la educación de las mujeres (o al menos algunos lo hacen). Aunque algunos favorecen la educación de las mujeres tanto como subrayan el estatus superior de los hombres, su modelo de funcionamiento en la práctica es la familia nuclear.

Al igual que ha sucedido en las sociedades occidentales, una vez que las mujeres adquieren educación, también empiezan a exigir el acceso al mercado laboral, lo cual resulta de lo más controvertido, pues muchos musulmanes conservadores piensan que las mujeres, al salir del entorno familiar, se verán sometidas a toda clase de tentaciones e influencias externas perniciosas. Mucha gente comparte en gran medida esta opinión (no por completo, pero sí en gran medida), aunque la situación está cambiando. La educación y la influencia de los medios de comunicación son fuerzas extremadamente importantes que afectan al estatus de las mujeres de hoy en día.

Usted sugiere que el velo puede tener un doble significado. Que no solo indica necesariamente el sometimiento de la mujer dentro de la sociedad islámica. Háblenos un poco de esto.

En mi opinión, lo fundamental es que siempre existe una gran variedad de situaciones. El velo puede ser un símbolo de la reclusión de la mujer en el hogar. La mujer no sale a la calle ni nadie ve su rostro en el mercado. Solo tiene amigas, nunca amigos, y está enclaustrada en la familia.

Puede simbolizar todo esto, pero también puede simbolizar lo contrario. Por ejemplo, en Egipto, donde existe un movimiento islámico muy fuerte, casi todas las mujeres universitarias llevan el velo en la actualidad. A mi entender, lo llevan como una forma de seguir adelante con su educación y su vida profesional, creando un espacio en una sociedad de hombres que son receptivos a un cierto mensaje. Este mensaje es: “soy una mujer seria y profesional. No estoy aquí para flirtear o jugar con los sentimientos de nadie. Tengo valores morales y familiares, y soy una buena mujer, pero también tengo derecho a estudiar y trabajar.” En este sentido, el velo es muy práctico y funciona muy bien. Muchas mujeres llegan a El Cairo procedentes de pueblos y familias con valores muy tradicionales, y el velo representa una garantía para la familia de que la joven se comportará correctamente en la ciudad, evitando así que los padres se sientan preocupados.

De modo que el velo, el cual asociamos con la tradición, puede servir realmente de vehículo para la modernización y la movilidad social...

Sí.

El Islam tras el 11-S

Como historiador de las sociedades islámicas y alguien que ha invertido mucho tiempo en comprender la complejidad y la diversidad de éstas, ¿Cuál fue su reacción ante la respuesta de la gente en este país tras los acontecimientos del 11-S [palabra clave: septiembre]? Me da la impresión de que tenemos una visión muy limitada de lo qué es el Islam y de su verdadera implicación en los acontecimientos del 11-S . ¿Es realmente el Islam nuestro adversario?

En mi opinión, todo esto ha supuesto un desastre, tanto para los musulmanes como para los estadounidenses y los occidentales. Se ha exagerado de un modo increíble el elemento de conflicto y rivalidad. Los acontecimientos del 11-S han hecho que muchas personas vean la situación actual como un conflicto de civilizaciones , lo cual, en mi opinión, no es verdad en absoluto. Éste parece ser el caso de muchos estadounidenses y muchos musulmanes, en especial tras la respuesta militar de EE.UU. Así pues, opino que esto es un desastre que oculta el hecho de que, en muchos aspectos muy importantes, compartimos una civilización, tanto a nivel secular como religioso.

Poseemos muchos intereses en común, o al menos tenemos motivos para mantener buenas relaciones y para cooperar. Tenemos estrechos vínculos políticos y económicos.

Hay millones y millones de musulmanes que hoy en día viven en Europa y América.

Tenemos toda una historia compartida, y estos acontecimientos parecen haberla obviado. Creo que es realmente lamentable.

En el núcleo del argumento de Huntington sobre el choque de civilizaciones está el choque de valores. ¿Es eso lo que él está intentando dar a entender? Existe un choque de valores en las mentes de los extremistas y en las de quienes desean una respuesta extrema. Algunas personas intentarán usar este supuesto choque de valores para ocultar un determinado conflicto de intereses, y para justificar la violencia.

Pretenden convencernos de que lo que está en juego son ciertos “valores o principios básicos”. Así pues, nosotros elegimos cómo enfocar la cuestión. En mi opinión, lo que necesitamos es una política lo bastante flexible como para distinguir a los enemigos violentos contra los que debemos combatir del musulmán medio con el que no tenemos razón para entrar en conflicto.

¿Está sugiriendo que los valores religiosos son más compatibles de lo que suponemos?

No solo son más compatibles, sino que occidentales y musulmanes tenemos más en común de lo que solemos pensar.

Ayúdenos a entender cómo se relaciona el Islam, o algunas partes de éste, con la globalización y el poder estadounidense. Dado que parece que este argumento del choque de civilizaciones se basa en conclusiones extraídas no solo de valores filosóficos sino de un conflicto de intereses, háblenos sobre esos islamistas radicales que aprovechan la globalización para movilizar a su gente y dirigir su animosidad contra EE.UU. y su poder.

En primer lugar, existen diversos niveles de globalización. A nivel cultural, EE.UU. en particular, aunque también Europa, ejerce una fuerza extraordinaria en la promoción de la cultura del consumo. En todo el mundo, lo que la gente quiere es beber Coca-Cola, llevar vaqueros y ver películas americanas. Éstos deben de ser los principales productos estadounidenses de consumo de masas a nivel planetario. Son muy importantes para la gente de todo el mundo porque simbolizan en muchos aspectos la liberación con especto a ciertos valores tradicionales relacionados con la conducta, el control familiar y el control político. Todo ello tiene un enorme atractivo, pero también representa una enorme amenaza para los ambientes conservadores, para sociedades que todavía se apoyan en la fuerza de la familia y la solidaridad de la comunidad. Esto representa la disolución de la familia y de la comunidad. Mucha gente desea salir de esos entornos para ganar dinero, en lugar de permanecer en ellos y estar sometidos a la autoridad de los padres. Los musulmanes conservadores de todo el mundo ver esta situación como una amenaza, en vez de una oportunidad. Esta es una de las razones que provocan que el malestar y la hostilidad contra Occidente estén muy difundidos en muchos países musulmanes.

También existen razones políticas. ¿Por qué el poder de Occidente provoca rechazo? Básicamente, porque EE.UU. apoya a los gobiernos existentes en la mayoría de países, y apoyando a esos gobiernos, los ayuda a bloquear las reformas y a reprimir a la oposición. Por eso algunos ven a los gobiernos locales, y a EE.UU. detrás de ellos, como su doble enemigo. En este sentido, la globalización y la creciente influencia estadounidense en todo el mundo están provocando oposición y rechazo. En la última década, el objetivo de esa resistencia ha comenzado a desplazarse desde los intentos de atacar a los gobiernos locales a los intentos de atacar a EE.UU. Yo creo que eso es lo que pudimos ver en el World Trade Center.

¿Está surgiendo una nueva idea de la identidad musulmana global que se identifica con los movimientos de resistencia islámicos en distintas partes del mundo? Sí. Éste es otro medio por el cual la globalización impacta en los musulmanes. Los musulmanes –al igual que los profesionales, intelectuales, hombres de negocios o científicos europeos y americanos– viven en un entorno globalizado. Los estados nacionales se han vuelto mucho menos importantes para la gente de las grandes corporaciones y en el terreno del desarrollo avanzado. Así pues, más personas que nunca participan en el comercio internacional o los intercambios económicos internacionales.

Éste es el principal impacto de la globalización. La tecnología –internet, radio y televisión– permite difundir las ideas en todo el mundo a gran velocidad. Así pues, hay muchos musulmanes que ya no muestran lealtad a ningún Estado nacional en particular. Se sienten cosmopolitas y se ven a sí mismos como representantes de una versión universal del Islam que no necesita comprometerse con ninguna nación-estado en concreto. [6] Y éste es un fenómeno en aumento.

¿Qué explicación tienen fenómenos como el de al-Qaeda y Osama bin Laden en este contexto? ¿Son una variante particular de la globalización? Son una variante particular del extremismo que busca la acción directa, pero también son los típicos extremistas en muchos aspectos. Por ejemplo, ben Laden nació en Arabia Saudí y se opuso al régimen de aquel país, adoptando una posición religiosa aún más puritana que la de los propios saudíes. Los ha acusado de corruptos e indignos de seguir gobernando. Dado que él identifica el Islam como la verdad que justifica y legitima esa oposición, busca causas en otros lugares a las que poder apoyar, y así ayudar a quienes considera musulmanes buenos y puros.

Así pues, Afganistán se convirtió en el primer objetivo de su actividad. Más adelante pudo observar que el poder estadounidense está detrás de la mayoría de regímenes de la zona, y por eso buscó maneras de atacar a EE.UU. En este sentido, adoptó una identidad global, con una base antinacionalista y antisaudí. Sin embargo, representa a una minoría extremista que cree que la única respuesta apropiada es la violencia.

Resurgimiento del Islam

Usted afirma que el resurgimiento islámico es una manera de intentar hacer frente a los recientes acontecimientos, y argumenta que es un fenómeno mucho más complejo de lo que solemos creer. No queremos caer en la trampa de decir que el terrorismo y los yihadistas son el único elemento del resurgimiento del Islam. Existen otras formas de renacimiento islámico. ¿Cuáles son esas otras formas y cuál es la diversidad que representan y que ha veces no vemos?

Las otras formas son básicamente de carácter religioso, difundidas a través de sermones, reuniones en las mequitas, etc. Hay movimientos educativos que desean mejorar la condición de los musulmanes proporcionarles una educación, y movimientos de asistencia social que constituyen una parte muy importante de este renacimiento islámico: una comunidad se organiza para ofrecer todo tipo de ayudas, desde asistencia a las familias, trabajo para los hombres desempleados o resolución de conflictos familiares; las comunidades ofrecen servicios sociales como recoger de basura, garantizar el suministro de agua, o hablar con los funcionarios del gobierno para asegurarse de que alguien se ocupe de estas tareas. Son una especie de organizaciones de asistencia social. [7] Esta es la forma de resurgimiento islámico más habitual. Se trata de un resurgimiento de alcance social pero con una base religiosa, un renacimiento basado en la fe.

¿Hay también un movimiento de reforma política que no combine necesariamente el Islam conservador con el control del Estado?

En este caso también existe una gran variedad de planteamientos. Podemos encontrar movimientos donde la gente intenta trasladar toda esta actividad de base a la política. Desean presentarse como candidatos al Parlamento y ocupar escaños en él.

Desean influir en la legislación, auque no suelen disponer de muchos oportunidades para hacerlo. El caso más visible hoy en día lo encontramos en Turquía, donde el que fuera hace unos años un partido islamista se presenta ahora a sí mismo con términos muy asépticos, como una agrupación reformista. Hoy en día ha llegado al poder, y está actuando dentro del marco parlamentario de Turquía, para así poder defender mejor sus intereses. En efecto, lo veo como el equivalente al los partidos democratacristianos. Se trata de un “partido demócrata-musulmán”. [8] El problema es que en la mayor parte del mundo islámico ni los gobiernos locales ni EE.UU. están dispuestos a dar a estos partidos la oportunidad de participar en un proceso electoral limpio y democrático, y ver cómo actúan. Todo el mundo teme que si llegan al poder, den un giro inmediato hacia el radicalismo.

A veces parece que nosotros –me refiero a EE.UU.– somos nuestro peor enemigo en lo que a política exterior se refiere, en el sentido de que nuestro enfoque estrecho de miras acerca del terrorismo nos lleva a apoyar a determinados regímenes que con su conducta ayudan al éxito de los propios fundamentalistas radicales a los que nos oponemos.

Sí, así es.

Ése parece ser el caso de Pakistán, por ejemplo...

Sí. Éste es un dilema que nunca hemos sido capaces de resolver. El caso típico es el del shah de Irán, a quien apoyamos sin reservas, pensando que sería “nuestro hombre” en Oriente Medio, y eso no funcionó. En otros regímenes, la rivalidad política se reduce a una lucha mediante la fuerza, con un régimen represor y una oposición violenta. No hay un término medio para la competencia política en buena lid, y eso es muy peligroso.




NOTAS.-

[1] Traducción, extracto y adaptación de la entrevista concedida por el profesor Ira Lapidus al programa Conversations with History , de la Universidad de California, Berkeley, el 14 de enero de 2003. La entrevista está dirigida por el director y presentador del programa, Harry Kreisler. Fuente: http://globetrotter.berkeley.edu/people3/Lapidus/lapidus-con1.html .
Versión en castellano elaborada por el equipo de traductores de Alif Nûn . Todas las notas son del equipo de redacción de Alif Nûn .

[2] Ira Lapidus es profesor emérito de historia de las sociedades islámicas en la Universidad de California, Berkeley, y autor, entre otros libros, de A History of Islamic Societies y Contemporary Islamic Movements in Historical Perspective .

[3] El autor sin duda se refiere al proceso de expansión del Islam tras su salida de la Península Arábiga, ya que al inicio, en La Meca, se difundió primero entre las clases más humildes. Para más información, véase Mª Isabel Varela / Ángeles Llaneza, La expansión del Islam , Anaya, Madrid, 2008; Redacción Alif Nûn, “ Nacimiento y expansión del Islam ”, revista Alif Nûn nº 59, abril de 2008.

[4] Un ejemplo muy claro de hasta qué punto las creencias son adaptables a las circunstancias, lo tenemos en el casos de los judíos y los musulmanes que vivieron sometidos a la autoridad cristiana antes de ser expulsados de la Península Ibérica. Para más información, véase David Nirenberg, “Musulmanes y judíos en la España medieval: ¿qué lección podemos aprender?”, revista Alif Nûn nos 83 (junio de 2010) y 84 (julio de 2010) .

[5] Para más información sobre las diversidad de interpretaciones del Corán, véase Sachiko Murata y William C. Chittick , “ El Corán y sus traducciones ”, revista Alif Nûn nº 72, junio de 2009.

[6] Para más información, véase Olivier Roy , El Islam mundializado , Bellaterra, Barcelona, 2003.

[7] A este respecto, Hisham Aidi afirma lo siguiente sobre la actividad social y caritativa de los musulmanes en EE.UU.: “En las miserables condiciones sociales y económicas de los barrios pobres de los EE.UU., y ante la apatía del gobierno, las organizaciones musulmanas que operan en los guetos y las prisiones se implican socialmente. Como en la mayor parte del mundo islámico, donde el Estado ha fracasado a la hora de ofrecer servicios básicos y seguridad, las organizaciones musulmanas dan la cara, financian centros comunitarios, patrullan las calles y organizan a los ciudadanos.” Véase Hisham Aidi, “ Yihadistas en el barrio (II): racismo, islam urbano y ‘guerra contra el terror ’”, revista Alif Nûn nº 90, febrero de 2011.

[8] De hecho, en enero de 2005, la formación “islamista” turca conocida como AKP (Partido de la Justicia y el Desarrollo) fue admitida como miembro observador del Partido Popular Europeo, formación política de la UE de tendencia conservadora y demócrata-cristiana. Para más información sobre la política de corte conservador y nacionalista del AKP, véase Thierry Zarcone, El Islam en la Turquía actual , Bellaterra, Barcelona, 2005; Bekim Agai, “ Islam y kemalismo en Turquía ", revista Alif Nûn nº 72, junio de 2009.

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