El trampantojo de la Democracia: ¿quién se beneficia?
Probablemente a estas alturas todas hayamos visto una situación parecida a la que aparece en este gráfico:
Es un gráfico que muestra lo que ya es conocido desde hace décadas, sí décadas: los ricos le están robando.
Seguramente usted cree que lo que ofrece este gráfico es a una serie de ricos que se ganan la vida de forma extravagante, pero en todas las partes del mundo ocurre lo contrario. Le están robando. Desde el fraude endémico, las oscuras prácticas contables, la contabilidad paralela, y la negativa a que juzguen sus atrocidades, los ricos tienen ganada la partida al sistema, de tal manera que la gente no puede ni imaginar de lo que estamos hablando. Y esto está pasando desde hace décadas.
En el extremo superior de la escala de ingresos, desde los años 1970, se ha experimentado un aumento increíble, mientras que por la parte baja se ha mantenido con una forma plana. Cuando digo la parte superior, es decir el 10%, me refiero más en concreto al 1%. El otro 90% de nosotros nos hemos mantenido con unos ingresos que no han variado mucho, a pesar de una mucho mayor productividad.
La razón de que no aumentasen nuestros ingresos a pesar del aumento de la productividad es muy sencilla. Se llama supresión de los salarios, que es el proceso sistemático mediante el cual cada vez se paga menos por la mano de obra. El capitalismo se nutre de mano de obra barata. Los ricos se han confabulado con los políticos y los medios corporativos para promover la supresión de los salarios mediante la teoría de que el aumento de los salarios genera inflación ( o sea, el aumento de los salarios de los directivos, esos, no generan inflación). Así, aunque el beneficio de las empresas haya aumentado de forma considerable a lo largo de los años, a nosotros no nos ha llegado nada de eso. Muchas grandes empresas tienen ahora los mayores beneficios de toda su historia, ( Nota del Traductor: recuérdese el caso de Teléfonica, que con unos beneficios históricos ya ha presentado un ERE, que encima tendremos que pagar nosotros) pero aún así siguen despidiendo a los trabajadores o les piden que acepten el recorte de sus salarios. Si no recibe un beneficio por su esfuerzo diario en el trabajo, le amenazan con despedirle o le recortan su salario en un momento de beneficios históricos ( a los que usted ha contribuido) ¿ para qué ir a trabajar? El beneficio extra por trabajar en peores condiciones laborales y salariales tiene que ir a alguna parte, así que, ¿dónde ha ido? Al igual que el esquema piramidal, trabajamos con dureza y realizamos nuestros esfuerzos para que la recompensa de ese esfuerzo recaiga en los que se encuentran en la parte superior de la misma. Es una transacción en un solo sentido, nada de rentabilidad para ambas partes.
Trabajamos para obtener un beneficio. Si no se me recompensa por mi trabajo, me quedo en casa leyendo un libro. Si veo que los beneficios de mi trabajo no se redistribuyen en manos de otras personas, mientras que un porcentaje cada vez menor se benefician de mi trabajo, más duro y más difícil, tendremos que preguntarnos para qué trabajo en favor de los ricos. Tenemos que cuestionarnos la estructura subyacente propia de esta sociedad, una sociedad que no facilita la redistribución de la riqueza, sino que va hacia arriba.
Tenemos un sistema que está lejos de lo que se ha denominado el libre mercado, ya que se suprimen artificialmente los salarios, se permite la corrupción desenfrenada, no se juzgan crímenes atroces, se permiten monopolios, con un comportamiento contrario a la competencia, y con total impunidad, y en realidad se promueve y se protege a los criminales de alto nivel, que contribuyen generosamente a las campañas de sus protectores. Cuando los Gobiernos y las Corporaciones actúan al unísono para hacer avanzar su propia agenda contra la voluntad de los gobernados, esto es fascismo. Un Gobierno establecido debe proteger a la población de las actividades delictivas en lugar de proteger a los criminales, convirtiéndose ellos mismos en delincuentes, tratándose por tanto de una perversión extrema de la “intención original”. Esta situación es insostenible, y estos tipos de Gobiernos ya no representan nada parecido a una democracia.
¿Por qué debo participar en este robo descarado del fruto de mi trabajo? ¿Por qué se supone que tengo que aceptar una compensación ridícula cuando los que están en la parte superior de la pirámide viven como dioses? ¿Quién dice que esta estructura beneficia a la sociedad en su conjunto? ¿Qué hacemos para salir de esta situación? ¿ Y por qué esta sociedad promueve que los criminales controlen el juego y no las personas que trabajan y crean riqueza? ¿Por qué debemos de seguir apoyando esta injusticia, a esta sociedad criminal?
No lo haré. No voy a trabajar para el beneficio de unos pocos, para aquellos que artificialmente suprimen los salarios y se enriquecen injustamente. Si esta sociedad no puede avanzar en un reparto más justo, entonces es que no debo trabajar. Trabajaré por mí mismo, como John Galt, para así decir a los ricos que si quieren tener sus fajos de billetes deben ser ellos mismos quiénes se lo trabajen. No voy a trabajar en estas condiciones, voy a disfrutar, pasear, leer libros, charlar con los amigos, reunirme…
Esto es lo que parece que quieren algunos elementos de esta sociedad, que la mano de obra les salga casi gratis. Miles de personas como yo vamos a renunciar a estar horas y horas sometidos a una vida improductiva para que alguien se siga enriqueciendo con nuestro trabajo, aprovechándose de una masa de gente desesperada que sacrifica sus vidas para desbordar las arcas de los ricos.
Lo siento, estáis despedidos.
Fuente de la noticia:
http://www.activistpost.com/2011/05/america-i-dont-want-to-work-for-you.html
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