viernes, 1 de julio de 2011

La última cena de los masones del Río de La Plata en conflicto con los sucesores de Enrique VIII

La última cena de los masones del Río de La Plata en conflicto con los sucesores de Enrique VIII

 

"Turfística: El caballo de Enrique VIII se impone por varias cabezas". Del libro de cuentos Göring, Pío XII, Lutero y las moscas, etc.
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En 1950 la Gran Logia Unida de Inglaterra crucificó a la Gran Logia del Uruguay quitándole el reconocimiento como Obediencia masónica. Adjunto a continuación el discurso (1) del hermano Justo Prieto, del Gran Oriente Federal Argentino - G.´.O.´.F.´.A.´., con motivo de la reunión fraternal llevada a cabo en la sede de la Potencia argentina, al cumplirse el 1º aniversario de la excomunión, y en la cual el G.´.O.´.F.´.A.´. ratificó su apoyo a los hermanos uruguayos.

En la ocasión fue descubierta una placa de bronce enviada por la Masonería del Uruguay a los hermanos del G.´.O.´.F.´.A.´., sellando un pacto de unión y amistad que tendrá sus consecuencias en la exclusión del Gran Oriente Federal Argentino de la Segunda Conferencia Interamericana de la Francmasonería Simbólica y, en un breve lapso de tiempo, la suspensión de relaciones fraternales por parte de la Gran Logia de Chile, luego de que su Gran Maestre fuera convocado para viajar a Inglaterra.

Estas Obediencias sudamericanas fueron promotoras, fundadoras y socias cotizantes de lo que se convertiría en la Confederación Masónica Interamericana. La injerencia de la G.´. L.´. U.´. de I.´. destruyó los lazos fraternales existentes entre ellas. No faltará ocasión, al celebrarse la Gran Asamblea de la Gran Logia del Uruguay, en 1951, en la que esta última recuerde y señale que, "en el año 1927, al efectuarse la división de Poderes en la Masonería Brasileña, el G.´. O.´. de Brasil quiso quedar al margen de lo que se denominó Gran Logia de Río de Janeiro, constituída por 13 Grandes Logias y 400 Logias simbólicas.

Esta entidad, Gran Oriente del Brasil, considerado siempre irregular por la Gran Logia Unida de Inglaterra, fue reconocida por dicha Gran Logia, a pesar de tratarse de un cuerpo irregular actuando en un territotio ocupado.

El tal reconocimiento del Gran Oriente del Brasil, por parte de la Gran Logia Unida de Inglaterra motivó las protestas de las Grandes Logias de Massachusetts, Nevada, Ohio, Costa Rica, Oregon, Lausana, Filipinas y Uruguay.

Esta es la causa por la cual no se le contestó concretamente a Inglaterra referente a la asistencia a nuestra Conferencia (de Montevideo - 1947) de los Cuerpos que no tenían relación con aquella Gran Logia". Y Luego que, "mientras Chile y Uruguay reconocieron al Gran Oriente Federal Argentino por motivos puramente idealistas, la Gran Logia de Inglatera recogió como fruto de su reconocimiento del Gran Oriente de Brasil el derecho de instalar en territorio ocupado y contra las prácticas masónicas, una Gran Logia Distrital en Río de Janeiro, cosa que no le hubiera permitido la Gran Logia de Río de Janeiro, única entidad con derecho territorial".
En breve daré a conocer las actas y conclusiones de esta Gran Asamblea de la Gran Logia del Uruguay y la correspondencia sostenida entre la Gran Logia de Chile y el Gran Oriente Federal Argentino.

Discurso
"Sabíamos que al incorporarnos a la benemérita institución francmasónica nos aprestábamos para luchar por la libertad en todos los terrenos en que ella estuviera en peligro. Así nos indicaba su origen, su historia y hasta la misma etimología de su nombre. Sabíamos que ingresábamos a una institución en la que debíamos ejercer el apostolado de la libertad frente a las tiranías políticas y religiosas, contra la tiranía del dogma en todas partes donde quiera que se presentare.

Al incorporarnos a la Orden, y al ofrecer nuestras energías por la causa, pensamos que esos dogmas y esas tiranías se encontraban solamente fuera de la Institución. Lo que menos podíamos imaginar era que también dentro de ella (fuera de ese mundo profano que señalamos como el exponente y receptáculo de todos los vicios a los cuales debemos sustraernos) existiera la acechanza máxima.
La tolerancia que prometimos observar nos hizo contemplar, sin espíritu agresivo, a la corriente anglo-sajona de la Masonería, que ya no sólo demostraba ignorarnos, sino que hasta pretendía cerrarnos el camino con actitudes poco fraternales, casi pronunciadamente hostiles. Si bien esa supuesta ortodoxia masónica era para nosotros evidentemente antimasónica, por no tener otra base que una supuesta revelación que rechazamos como atentatoria a la razón y a la libertad del espíritu, nosotros nos contentábamos con vivir nuestra verdad dejándoles a ellos que creyeran la suya.

Pero he aquí que, hace precisamente hoy un año, hemos sido todos atacados en el atentado que la Gran Logia de Inglaterra ha perpetrado contra la Gran Logia del Uruguay. No hay duda de ninguna clase por la secuela de los acontecimientos, que la actitud acentuadamente antifraternal y antiliberal de la G.´. L.´. de Inglaterra no está dirigida especial y exclusivamente contra la G.´. L.´. del Uruguay, lo está también contra las 51 potencias que se reunieron en la Conferencia de la Masonería Simbólica reunida en Montevideo en el año 1947, y contra todo intento de definir los ideales y las aspiraciones masónicas de las Grandes Logias y Grandes Orientes de América que, no por simple afán de independizarse espiritualmente, sino por el legítimo deseo de luchar sobre la base de los principios masónicos para la solución de sus propios problemas (problemas que no son los de Inglaterra o Estados Unidos), desean y deben aglutinar su pensamiento, su sentimiento y acción para que su militancia en la Orden no signifique la adopción o un cambio de religión.

He aquí porqué, desde el primer momento en que tomamos conocimiento de esta actitud absorvente de la G.´. L.´. de Inglaterra hemos estado, sin reservas de ninguna clase, al lado de nuestra hermana del Uruguay. En el conflicto, las razones aducidas no son las efectivas, sino las aparentes. Están en realidad en lucha dos posiciones entre las cuales optamos sin dificultad:

La Francmasonería inglesa dice en una de sus notas a la del Uruguay: "La Francmasonería verdadera es un sistema de moralidad, un culto para conservar y difundir la creencia en la existencia de Dios".

Frente a esta Francmasonería revelada, deísta, se alza este criterio básico de la Masonería Universal aprobado por el Convento de Lausana de 1875: "La Francmasonería está abierta a todos los hombres de todas las nacionalidades, de todas las razas y de todas las creencias. La Francmasonería no es una religión, no tiene culto, quiere la instrucción laica y su doctrina se resume en el precioso mandato: Ama a tu prójimo".

La elección de nuestra posición no era, por tanto, dudosa: Estábamos frente a un rasgo de dictadura, de tiranía de la Gran Logia de Inglaterra, frente a un caso de violación de la soberanía de una potencia que jamás le estuvo subordinada y sí solamente unida por lazos de fraternidad masónica. Estamos hoy frente a una actitud que amenaza la existencia de 51 potencias que se reunieron para definir comunes problemas dentro de los lineamientos y principios de la Masonería Universal. Estamos frente a una fuerza que pretende sentar el funesto precedente de la intromisión en la vida de potencias independientes y autónomas, y en pugna con una actitud inquisitorial a la que sólo falta la hoguera, ya que también ejercita la excomunión, para ahogar y reducir a cenizas el pensamiento libre, para domesticar a las potencias que tiemblan ante el anatema de este nuevo papado masónico.

Deseamos, pues, hacer pública nuevamente ante el mundo masónico nuestra absoluta solidaridad con la Gran Logia del Uruguay en este primer aniversario de su excomunión por la Masonería de Inglaterra, y para sellar esta solidaridad, colocamos hoy en la sala de deliberaciones del Gran Consejo de la Orden esta placa, prueba de amistad que nos ha enviado la Gran Logia del Uruguay para perpetuar nuestra unidad en los comunes ideales liberales, democráticos, humanitarios y laicos que nos ha deparado una suerte similar por parte de las tiranías masónicas. Esta placa nos ha de recordar por siempre en el temple de su bronce, el insobornable carácter de los masones uruguayos, y nuestra decisión inquebrantable de luchar unidos a ellos por los principios de Libertad, Igualdad y Fraternidad que en triángulo de alto relieve aparece en este imperecedero recuerdo a manera de un reducto simbólico dentro del cual hemos de defender invencibles los ideales de la Orden.

Sean, pues, para los masones del Uruguay toda la expresión de nuestro afecto y de nuestra solidaridad, y para todas las potencias reunidas en Montevideo en el año 1947, destacamos a la Gran Logia del Uruguay, como el vivo ejemplo de una potencia que resiste a la invasión, a la conquista y al avasallamiento, y llevando bien alto el pendón de su noble altivez, de su independencia y de su intangible soberanía".

globedia

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